LA CORRECCION DIVINA

>> “Aún no habeís resistido hasta  la sangre en vuestra lucha contra el pecado, y os habeís olvidado ya de la exhortación que a vosotros como a hijos se dirije:

“Hijo mio no menosprecies la corrección del Señor y no desmayes reprendido por Él, porque el Señor a quien ama, le reprende,  y azota a todo al que recibe por hijo”.
Aguantad con vistas a la corrección. 

Como con hijos se porta Dios con vosotros... pero si no alcanzase la corrección, ... argumento sería de que eraís bastardos y no legítimos... 

...hemos tenido a nuestros padres carnales, que nos corregían, y nosotros los respetábamos, ¿no hemos de someternos mucho más  al Padre de los Espíritus para alcanzar la vida? ... 

... aquellos, según bien les parecía, nos corregían para proporcionarnos una felicidad de días, pero Él, mirando a nuestro provecho, nos corrige para hacernos participantes de Su Santidad. 

Ninguna corrección parece por el momento agradable, sino dolorosa, pero al fin ofrece frutos apacibles de justicia a los ejercitados por ella”. <<

(Hebreos 12, 4-11)